Las llaves se fabrican individualmente según las necesidades específicas. Este método impide que haya piezas en bruto en circulación: el procesado posterior en máquinas de duplicado de llaves queda descartado. Además, la tecnología permite una producción descentralizada, tal como destaca el director de la empresa, Frank Santoro: «Podemos enviar los datos para la impresión 3D de forma segura a cualquier centro. Esto ahorra tiempo, gastos de envío y transporte y costes aduaneros».