Eslovenia | En los invernaderos de Friško en Velika Polana, Eslovenia, los tomates crecen mejor gracias al dióxido de carbono de Messer. La empresa de hortalizas ha construido recientemente un nuevo invernadero con una superficie de 2,1 hectáreas. Y Messer ha instalado un depósito de almacenamiento para su suministro de CO₂.
Con el aporte artificial del gas, la proporción natural de CO₂ del aire, 350 ppm, se incrementa hasta 600-700 ppm (ppm = partes por millón). Esto resulta en un mayor crecimiento y una mayor calidad de las plantas. En el invernadero se producirán anualmente unas 700 toneladas de pequeños tomates.